martes, 3 de junio de 2008

Una mirada

En otras ocasiones ya había practicado la posibilidad de formar parte de aquello que lo rodeaba. No siempre se manejó estando ajeno a su entorno, muchas veces había elegido incursionar en el contacto, evitar retraerse en sí mismo, para variar. Algunas veces logró llegar a situaciones fuera de lo común para lo que era su universo, entabló conversaciones, bastante superficiales para lo que sería el juicio de una persona extrovertida, pero conversaciones al fin. En otras ocasiones, el contacto sacó a relucir los aspectos de insatisfacción constante que persiguen al común de la gente, cosa que no le gustaba demasiado, por lo que firmemente decidió que de ahi en más, el mejor procedimiento era el de abstrarse en sí mismo.
Parado en medio del colectivo, a la izquierda de la señora de bolso rojo y tapado de visón, iba camino a su casa, rogando llegar pronto, situado en su mundo individual, ignorando cualquier tipo de contacto con su entorno.
La secuencia no lo seducía, sino que él se dejaba llevar, no le quedaba otra alternativa.
Sonaba de fondo aquella estridencia característica del indie rock en sus auriculares, él se dejaba llevar por sus pensamientos, volaba placidamente sobre un mar de incongruencias frenéticas sin explicación posible. Apreciando el paisaje gris, conmovido por la simpleza de los acordes, y la magnitud de la desconexión hacia la no realidad, capaz de ser provocada por ellos.
Tan profundo era su mundo, que tardó en reaccionar al ver que el asiento de la tercera fila estaba libre. A sólo un metro de él, sólo dos pasos, ni siquiera haría falta detener la música, era cuestión de deslizarse entre la gente y sentarse, parecía algo tan sencillo, tan simple, lo único que bastaba para hacerlo era un poco de decisión, la valentía para pasar por encima de los intereses del resto de la gente, y hacerse con el lugar de privilegio que todos querían tener. Valentía que a él le sobraba, de hecho, ignoraba a todos a su lado, al fin y al cabo no cabía duda de que ellos estaban pensando lo mismo que él, evaluaban la posibilidad de ocupar el asiento. Por lo que se decidió, miró fijamente el objetivo, desprendió los dedos del pasamanos, dió el paso inicial, ya se imaginaba sentado, el lugar sería suyo, nadie lo reclamaba, ellos no tenían la misma valentía que él tenía, el paso estaba dado, cuando derrepente levantó la vista, y se rindió. La mirada de ella le transmitió todo lo que nunca había encontrado en las soledades de sus viajes en colectivo, esos ojos de miel le estaban pidiendo permiso, le estaban pidiendo su aprobación, la respuesta sería clave para que ella continúe su camino hacía el asiento, sin culpas.
El dudó, sus principios de caballero le decían que ese lujo no se le niega a ninguna dama, pero por otro lado algo le decía que él era merecedor del lugar, que se lo había ganado, que le correspondía, que después de un día tan cansador, el mínimo permiso que se podía dar era el de tomar prestado un asiento. Sus principios y su necesidad entraron en guerra, una guerra que duró lo que dura una mirada cansada, una guerra que no le importó perder, total ya estaba acostumbrado.


4 comentarios:

Esteban dijo...

Un cuentito indie.

Juju jaju jaju!

[gabii] dijo...

NO!
Ni sueñes qe voy a dcir algo al respecto.
podemos salir a un mac y escribir asi?
re lindo serìa.-
pero nose,
el sr ocupado tiene qe responder.
un beso panchiu,,
tqmm(L
:$

Dane dijo...

muchas gracias para su comentario a mi pinturas (?) Tengo espanol muy malo! pero I try!!! No puedo hablar en el preterit (?) but I like your music tastes too! Jethro Tull was my favourite band when I was 16! I saw them play three times in the 1970's

[gabii] dijo...

has agregado intereses musicales(L
y viste qe yo firmo gabii y vos luquii^^
te qiero trola inmunda(: